Según explicó el director del hospital Schestakow, José Muñoz, “no se ha presentado ninguno de los anestesiólogos que citó el Ministerio a trabajar, así que se continúa trabajando con cuatro anestesiólogos de plata que cubren cinco lugares de trabajo, porque están de lunes a viernes en la Guardia y los sábados y domingo se trabaja con anestesiólogos que vienen de otros lugares”.
El hospital Schestakow tiene cuatro quirófanos para realizar cirugías programadas diariamente, dos de urgencia y, de acuerdo a la Maternidad, se requerirían otros dos de guardia, más otros cuatro en la mañana, es decir que entre 12 y 14 profesionales. Con los cuatro que están trabajando, sólo alcanza para las guardias de lunes a viernes (inclusive), y con la mayor dedicación de dos de ellos, se hace un solo carril de cirugía programada por día de martes a viernes. Las operaciones que tienen prioridad, son las oncológicas.
San Rafael ocupa uno de los lugares más críticos, pues la situación empezó antes que en el resto de Mendoza; los anestesistas se jubilaron y no fueron suplantados, a lo que se sumaron aquellos que –debido al conflicto– renunciaron tras la pandemia.
Por el momento hay alrededor de mil cirugías en lista de espera, pues durante los años de pandemia las mismas se detuvieron ya que no había lugar para llevarlas adelante. A aquello, este problema actual hizo todo más complejo. Hay muchos pacientes que tienen cirugías programadas, de las cuales dependen para trabajar o llevar con normalidad su vida cotidiana. Eso ha generado también denuncias y cuestiones legales que hacen todo aún más grave.
En resumidas cuentas respecto de lo que es el pedido puntualmente, los anestesistas cobran sueldo y lo que desean es –como ocurre con las obras sociales y prepagas– cobrar según la complejidad de la cirugía.