Los aumentos del petróleo y del dólar de los últimos días provocan que un nuevo aumento de los combustibles sea inevitable en el corto plazo.
El incremento rondaría el 7%. Las estaciones lo frenan para evitar mayores conflictos al gobierno nacional.
De todas maneras, las petroleras retrasan la decisión para darle respiro al gobierno nacional.
Según publica el diario El Cronista, la presión del escenario de las últimas semanas, con el Banco Central liquidando reservas y subiendo la tasa para contener al dólar y la inflación, sumado al debate por las tarifas, llevaría a las compañías a cargar con el costo financiero de mantener el status quo.
Desde las estaciones de servicio señalan que el aumento debería ser de aproximadamente 7%, por el incremento de las distintas variables que hacen a los precios de las naftas y el gasoil.
"Puede pasar que haya un retraso, porque el Gobierno, que no debería intervenir, podría pedir que esperen un poco hasta que se tranquilicen las aguas y se termine la corrida cambiaria. El Estado es el accionista mayoritario de YPF, (Alejandro) Bulgheroni de Axion tiene una buena relación con el Gobierno y Shell no va a querer tener problemas después de su venta a Raízen", aseguró Guillermo Lego, secretario general de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), que nuclea a los estacioneros.
Las distintas intervenciones del Banco Central en el mercado de cambios durante la semana pasada, a través de las multimillonarias ventas de reservas, evitó una devaluación mayor que hubiera impactado en las estaciones de servicio.
Hay que recordar que el gobierno liberó los precios de los combustibles para que el mercado fije la variación del sector. Por eso, los valores que se pagan en los surtidores están determinados por el crudo a nivel mundial (que pasó de $s 67,15 por barril en su variedad Brent a u$s 73,30), el tipo de cambio (aumento de $ 20,05 a $ 20,50 en un mes) y los biocombustibles.
Estas alzas el adelantan un ajuste en las estaciones de servicio. La última actualización de precios se realizó fraccionada. Shell y Axion subieron un 4,5% el 5 de abril, mientras que YPF lo hizo una semana después, aunque un 3%.
Fuente: Cronista
Según publica el diario El Cronista, la presión del escenario de las últimas semanas, con el Banco Central liquidando reservas y subiendo la tasa para contener al dólar y la inflación, sumado al debate por las tarifas, llevaría a las compañías a cargar con el costo financiero de mantener el status quo.
Desde las estaciones de servicio señalan que el aumento debería ser de aproximadamente 7%, por el incremento de las distintas variables que hacen a los precios de las naftas y el gasoil.
"Puede pasar que haya un retraso, porque el Gobierno, que no debería intervenir, podría pedir que esperen un poco hasta que se tranquilicen las aguas y se termine la corrida cambiaria. El Estado es el accionista mayoritario de YPF, (Alejandro) Bulgheroni de Axion tiene una buena relación con el Gobierno y Shell no va a querer tener problemas después de su venta a Raízen", aseguró Guillermo Lego, secretario general de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), que nuclea a los estacioneros.
Las distintas intervenciones del Banco Central en el mercado de cambios durante la semana pasada, a través de las multimillonarias ventas de reservas, evitó una devaluación mayor que hubiera impactado en las estaciones de servicio.
Hay que recordar que el gobierno liberó los precios de los combustibles para que el mercado fije la variación del sector. Por eso, los valores que se pagan en los surtidores están determinados por el crudo a nivel mundial (que pasó de $s 67,15 por barril en su variedad Brent a u$s 73,30), el tipo de cambio (aumento de $ 20,05 a $ 20,50 en un mes) y los biocombustibles.
Estas alzas el adelantan un ajuste en las estaciones de servicio. La última actualización de precios se realizó fraccionada. Shell y Axion subieron un 4,5% el 5 de abril, mientras que YPF lo hizo una semana después, aunque un 3%.
Fuente: Cronista
