Un programa de sumo éxito en la televisión, es sin dudas La Voz Argentina, en Telefé. Conducido por Marley, es un programa que a través de buena música, aleja bastante a los televidentes de la cruda realidad que ofrecen noticieros u otro tipo de géneros televisivos. No obstante, genera algo de bronca el hecho de que se jacte de elegir “la voz argentina”, cuando luego el público no vota a un cantante, sino a un vecino o a un comprovinciano.
El miércoles fue la última vez que el sanrafaelino Francisco Escudero –del team Mau y Ricky– subió al escenario del exitoso programa de Telefé, y cantó Heaven de Bryan Adams. Es que ya en lo que eran los cuartos de final, no tuvo el acompañamiento necesario del público para seguir adelante. En el mismo programa se vivió un momento algo incómodo, pues el cantante santiagueño Octavio Muratore quien las primeras etapas fue parte del Team Soledad, y luego fue robado por el Team Mau y Ricky, comenzó a cantar “Como pájaros en el aire” de Peteco Carabajal, pero confundió la letra e incluso pidió comenzar nuevamente. Sin embargo, a pesar del error el público lo acompañó y lo dejó pasar a la siguiente etapa. De esta manera quedaron definidos los ocho semifinalistas de “La Voz Argentina” (son dos por cada equipo). Se enfrentarán este jueves en la emisión en vivo y sólo pasará uno por team a la final del domingo 11 y lunes 12 de septiembre. Equipo Lali: Ángela Navarro y Tomás Sagués; equipo Soledad: Yhosva Montoya y Huilén Currá; equipo Ricardo Montaner: Elías Pardal y Naiquén Galizio; equipo Mau y Ricky: Iván Papetti y Octavio Muratore.
Ocurre que el voto del público muchas veces no pasa por el talento del artista que está sobre el escenario, sino por una suerte de “provincianismo” o “conciudadanismo” que le aparece a los televidentes, que finalmente dejan de lado el “patriotismo”, ya que de ser una voz de la patria, pasa a ser una voz del barrio o de la manzana donde haya tenido la suerte de nacer el músico. El mero hecho de que nombren a su ciudad o provincia en un programa de televisión abierta a nivel nacional, hace que se despierte cierto aire de orgullo y se vote al cantante, independientemente de lo bueno que sea en esa rama del arte.
Si bien parece justo dejar que el público del país sea el que dé el tinte albiceleste a la voz que gane el concurso, no lo termina siendo, pues no hay un sentimiento objetivo basado en la melodía o en lo bien que suena un cantante, sino que el programa se ve teñido de este tipo de subjetividad.
Si bien ya no forma parte de La Voz Argentina, Francisco Escudero logró la fama y volverá a San Rafael con el nombre muy alto; su éxito ahora, depende de sí mismo y no de los puntos de rating que tenga un canal de televisión. Lo que no cabe duda, es que le faltó más respaldo de sanrafaelinos y mendocinos, pues perdió el lugar por el acompañamiento que tuvieron sus competidores, no por no merecer continuar hasta llegar a la final.
