“El miedo siempre está, porque no sabés en qué momento puede caerte un misil”, reconoció Leonardo, un mendocino que vive hace siete años en Israel en medio del conflicto que mantiene ese país con el grupo terrorista Hamas. Sin embargo, aseguró sentirse tranquilo, protegido y no piensa en regresar a la Argentina.
Leonardo Jakubson tiene 37 años y vive en Netanya a 30 kilómetros de Tel Aviv –ciudad donde trabaja- y a 100 kilómetros de Gaza.
Hasta este martes, el mendocino concurría a diario a su puesto de trabajo. Sin embargo, los recientes bombardeos del grupo terrorista Hamas cambiaron esa situación y a partir de este miércoles, por orden de la empresa, realiza home office “hasta nuevo aviso, que se calme un poco la situación”.
“Estaba en la oficina, trabajando, cuando empezaron a sonar las alarmas”, relató Leonardo, quien fue el encargado de ingresar con todos los empleados al bunker y de “asegurarme que nadie se quisiera ir. Algunos tienen mucho temor porque escuchás las explosiones en el aire y no entienden que lo único que te va a salvar es el bunker”.
Además de las alarmas oficiales, Jakubson tiene una aplicación instalada en su celular que comienza a sonar cada vez que hay una alerta. A partir de ahí tiene 15 segundos para ponerse en resguardo.
“Era terrorífico, escuchar la explosión de las bombas a 600 o 700 metros de altura. Se veía como pasaban encima. Se apaga la estela y comienza la caída libre. Ves una luz en el cielo, una explosión de la intercepción entre ambos misiles”, relató el mendocino.
La protección
Netanya es una ciudad tranquila, costera, que no tiene el ritmo de vida de Tel Aviv. Sus ciudadanos no están acostumbrados a las sirenas de guerra, lo que les genera un “temor importante” cada vez que suenan.
Sin embargo, en caso de que eso ocurra, Jakubson asegura que en siete segundos puede ponerse en resguardo. Además de tener una habitación segura en su vivienda, el edificio donde vive cuenta con un bunker por piso.
“Hace siete años que estoy. He pasado por algunas cosas de estas que se repiten cada año. Cuando empieza el verano se pone caliente la situación, pero este año ha sido muy duro”, advirtió el mendocino.
Desde su punto de vista, el escudo protector israelí que ya tiene más de 10 años en funcionamiento y ha interceptado el 90% de los misiles, “pero si duplican la cantidad… está el temor de que caigan sobre las ciudades”.
Leonardo es comunicador social y al llegar al país de Medio Oriente realizó algunos trabajos en bases militares. Ante esto justifica que su temor no es quedarse “duro” ante una situación de riesgo, pero aclara: “El miedo siempre está, porque no sabés cuando te puede caer un misil”.
“Los morteros y los misiles que vienen del lado palestino tienen como objetivo las carreteras internas o autopistas muy transitadas, zonas costeras con edificios. El mayor temor está fundamentado en eso”, refirió.
Y advirtió: “La situación que se vive en este país, que no entiende que es el extremismo religioso es el que causa esto. Quien manda no es la autoridad palestina, sino un grupo terrorista”.
A pesar de la creciente tensión en Gaza, Jakubson aseguró que no piensa volver por el momento a la Argentina y pidió a los mendocinos que “estén tranquilos. Acá hay un protocolo que cumplir, que rige y se lleva acabo cada vez que hay una situación así. Hay seguridad. Estoy en un país que, de todo punto de vista, me va a proteger”.
“La desprotección está del otro lado (palestino). La única población que está sufriendo es la civil. Acá, por el pánico, pero del otro lado cae un misil y nadie les avisa que están bombardeando”, agregó.
Evitar el odio
Con respecto a las declaraciones de la Cancillería argentina sobre el conflicto entre Hamas e Israel, Jakubson se mostró molesto y apuntó contra Felipe Solá.
“Como Gobierno, formador de opinión, la población confía en la información que estás transmitiendo. No podés hacer un juicio de valor, porque no entendés lo que está pasando acá. Siendo parte del Ejecutivo nacional vas a desatar automáticamente un problema racial en la Argentina, cuando lo que tenés que hacer es contener, no apuntar juzgando a un lado u otro”, enfatizó.
Y concluyó: “En un conflicto de esta índole y con la población judía y árabe que hay en Argentina, no podés armar un otro conflicto entre ellos, el Gobierno es el que tiene que dar el ejemplo”.
Fuente: Diario El Sol
