El Schestakow es
el hospital más importante de San Rafael y de todo el Sur mendocino, eso no es novedad. Tampoco lo
es el hecho de que día a día sean tratados en sus instalaciones decenas de lesionados
en accidentes de tránsito. Lo que sí es una noticia que de a poco sale a la
luz, es que por impericia, falta de controles o simplemente porque es del
Estado y el Estado siempre pierde, el Hospital deja de percibir varios millones
de pesos todos los años porque no les cobra a las aseguradoras la atención de
sus beneficiarios.
Esta triste noticia, tal vez no lo sería tanto si no
fuera porque ese mismo hospital, sinónimo del acceso a la salud de miles de
mendocinos que no pueden pagar atención privada, tiene un enorme déficit que
impacta directamente en la atención de los pacientes, la disponibilidad de
insumos y especialmente, el mantenimiento de su infraestructura.
Un dato concreto puede ayudarnos a comprender la
magnitud económica de esta situación. Nuestro Hospital cuenta con ocho camas en
terapia intensiva, de ellas, un promedio de tres se encuentran permanentemente
ocupadas por víctimas de accidentes. Si hacemos una proyección anual, tenemos
que de 2920 días de terapia por año, 1095 son abarcados por víctimas de
siniestros viales; a un costo de 15.000 pesos por día de terapia, estamos
hablando de 16.425.000 pesos que le cuestan al Hospital los accidentes de
tránsito solo en lo que hace a terapia intensiva. A ello hay que adicionar el
costo de movilizar varias veces al día el Servicio Coordinado de Emergencia y
los tratamientos kinesiológicos y traumatológicos en el caso de lesiones.
Para comparar, un ejemplo cercano. En el presupuesto
provincial del año 2013, el ex gobernador Paco Pérez anunciaba con bombos y
platillos que destinaría cinco millones de pesos para construir la primera
parte del hospital pediátrico de San Rafael.
Con un cuatrimestre de recupero por parte del
hospital de los accidentados asegurados, podría cubrirse lo que entonces
destinó en los papeles, aunque no en los hechos, Pérez para el hospital
pediátrico, o para las mejoras en infraestructura y equipamiento que necesita
de forma urgente el Hospital Schestakow de san Rafael, como el resto de los
Hospitales Públicos de Mendoza.
Esa foto de un hospital que pierde plata a manos de
aseguradoras y pacientes que pierden calidad de atención y acceso a la salud porque
el mismo hospital carece de recursos, es una muestra de los desmanejos que ha
sufrido nuestra provincia en los últimos ocho años. La impericia pero también
la desvergüenza de la dinastía Jaque- Pérez la pagaron los mendocinos que más
necesitan de un Estado con buenos servicios de salud.
Mendoza está quebrada y eso no es excusa para nada,
Mendoza tiene con qué salir de esta situación económicamente desesperante y
socialmente delicada, y debe hacerlo sin perder un minuto.
Hay herramientas disponibles y es necesario ponerlas
a funcionar, el primer paso es que el Estado mendocino deje de ser el Estado
bobo y pase a ser un Estado eficiente, que deje de ser un botín de picardías de
un par de funcionarios que no cumplen con sus obligaciones y empresas que no
honran sus compromisos.
Ordenar el Estado cuesta, pero los resultados se
miden en calidad de vida. Construir un hospital pediátrico en el Sur es posible
con un sistema de salud que deje de ser el que siempre pierde en la película. Miles
de mendocinos lo necesitan, vamos por buen camino.
Lic. María José
Sanz.
Diputada
Provincial Bloque UCR.