Efectivos de la División Robos y Hurtos de Investigaciones desbarataron parte de una banda de jóvenes asaltantes que cometió salvajes entraderas durante los meses de noviembre y diciembre en el departamento Guaymallén. Sus integrantes actuaban bajo el modus operandi y golpeaban a sus víctimas hasta causarle graves lesiones. Realizaban trabajos de inteligencia previa porque siempre marcaron casas donde viven jubilados.
En total, hubo cuatro detenidos, tres menores de 16 y 17 años y un tercero de 19 años, identificado como Jesús Yorge. El caso tiene a un cuarto identificado, Mario Gómez (28), quien se encuentra en la orden del día y tiene antecedentes por delitos contra la propiedad, al igual que sus presuntos cómplices.
Todos quedaron a disposición del fiscal de Robos y Hurtos Gonzalo Marzal. También hubo secuestro de elementos sustraídos durante los allanamientos.
La pesquisa comenzó a profundizarse luego de un hecho ocurrido el 2 de diciembre sobre calle Amado Nervo de Dorrego. La denuncia sostenía que las víctimas, una pareja de jubilados de 80 y 83 años, habían sido amenazas de muerte y hasta golpeadas durante el atraco.
Gracias a las pruebas obtenidas en este hecho, los efectivos consiguieron las características físicas y morfológicas e identificaron el auto en el que se movilizaban, pudiendo comprobar su participación en otros dos ataques ocurridos el 18 y el 30 de noviembre en propiedades de calles España y Lanifur del citado departamento.
Sorprendidos
A principios de este mes, los efectivos entrevistaron a las víctimas de calle Amado Nervo y se encontraron con una escena dramática. La víctima, una mujer de 80 daños, contó que se encontraba en el patio de su casa cuando fue sorprendida por tres malvivientes. Los ladrones se habían ocultado en la lavandería y le taparon la cabeza con un trapo.
Con la víctima reducida, la llevaron hacia el interior de la propiedad. Allí se encontraba mirando la televisión el marido de la mujer, Carlos, de 83 años. La pareja de jubilados vivió una pesadilla: a ella le taparon el rostro con una toalla mojada y la amenazaron de muerte. Y a él lo trasladaron a una habitación, donde lo golpearon mientras le tapaban la boca.
En la pieza el hombre también fue mojado y amenazado para que entregara dinero en efectivo. Al momento de hablar con los detectives, el octogenario, quien padeció graves lesiones en sus brazos, no recordaba mucho lo sucedido porque perdía la memoria por su avanzada edad.
Los policías de RyH iniciaron los trabajos investigativos para dar con la banda delictiva e identificaron el auto en el que se movilizaban gracias a cámaras de seguridad: se trataba de un Renault Clio azul radicado en el departamento de General Alvear.
Sumado con el trabajo de Policía Científica y testigos de la zona, obtuvieron el perfil de los sospechosos. No solo eso: confirmaron que habían actuado bajo la misma movilidad en otros dos hechos.
A principios de este mes, los efectivos entrevistaron a las víctimas de calle Amado Nervo y se encontraron con una escena dramática. La víctima, una mujer de 80 daños, contó que se encontraba en el patio de su casa cuando fue sorprendida por tres malvivientes. Los ladrones se habían ocultado en la lavandería y le taparon la cabeza con un trapo.
Con la víctima reducida, la llevaron hacia el interior de la propiedad. Allí se encontraba mirando la televisión el marido de la mujer, Carlos, de 83 años. La pareja de jubilados vivió una pesadilla: a ella le taparon el rostro con una toalla mojada y la amenazaron de muerte. Y a él lo trasladaron a una habitación, donde lo golpearon mientras le tapaban la boca.
En la pieza el hombre también fue mojado y amenazado para que entregara dinero en efectivo. Al momento de hablar con los detectives, el octogenario, quien padeció graves lesiones en sus brazos, no recordaba mucho lo sucedido porque perdía la memoria por su avanzada edad.
Los policías de RyH iniciaron los trabajos investigativos para dar con la banda delictiva e identificaron el auto en el que se movilizaban gracias a cámaras de seguridad: se trataba de un Renault Clio azul radicado en el departamento de General Alvear.
Sumado con el trabajo de Policía Científica y testigos de la zona, obtuvieron el perfil de los sospechosos. No solo eso: confirmaron que habían actuado bajo la misma movilidad en otros dos hechos.
El inicio
El primero ocurrió el 18 de noviembre sobre calle España y la víctima fue una mujer de 76 años. La víctima se identificó ante los sabuesos de Investigaciones y contó que se levantó de dormir la siesta a las 17, cuando escuchó ruidos en el patio. Dijo que observó las dos cámaras que daban a ese sector pero no daban imagen.
Mientras seguía observando para conocer de dónde provenían los ruidos, dos hombres la abordaron por la espalda. Uno de ellos no superaba los 20 años y medía aproximadamente 1,65. Era delgado, de piel blanca y tenía un mechón de pelo amarillo en el centro de la cabeza. “Recuerdo que tenía una remera verde”, explicó la mujer.
Además, contó que el otro, que la mantenía reducida, también era joven y de la misma estatura, de tez blanca y delgado. “En un momento, uno se puso nervioso y llamó al otro ‘Martín’ o ‘Matías'”, describió la mujer.
Acto seguido le taparon la boca y le exigieron que entregara dinero en efectivo. En todo momento, los malvivientes pedían dólares y amenazaban a la víctima con cortarle los dedos.
Mientras revolvían la casa, encontraron en la mesa de luz un sobre donde la jubilada guardaba tarjeta de débito, una Nativa y hasta el plástico de la obra social de OSEP. Con esto en su poder, obligaron a la mujer a que entregara la clave del cajero.
En total estado de shock, la mujer se las dio y les dijo que tenía 200 mil pesos en lac caja.
Antes de irse, se llevaron un celular, 60 mil pesos en efectivo, 2.000 dólares y dejaron a la septuagenaria encerrada en la cocina. La mujer logró escapar a los pocos minutos forzando un picaporte y solicitó ayuda a los vecinos.
El otro hecho también sucedió en Guaymallén, pero días después, el 30 de noviembre. Sobre calle Lanifur, las víctimas también fueron un matrimonio de jubilados mayor de 70 años. La gavilla ingresó también por el patio y atacó el hombre. Dos sujetos le taparon la boca y le dieron una paliza con golpes de puño.
A los pocos minutos, entró en escena un tercer malviviente. Atacaron también a la esposa de la primera víctima, de 76 años, y a su nieta, quien se encontraba durmiendo en el comedor. Todos fueron encerrados en uno de los baños del domicilio. “Te vamos a matar si no nos das la plata”, le gritaron al hombre.
Dijo que tenía 30 mil pesos guardados en un saco y por eso lo sacaron de ese baño y lo llevaron a otro, que es de servicio. Lo obligaron a desnudarse y le arrojaron agua. También le colocaron una toalla mojada en la cabeza mientras le daban golpes de puño en el rostro.
Lo cierto es que la banda escapó con el dinero y dejaron encerradas a todos los moradores. Antes de escapar, gritaron: “Nos vamos a ir, cuando toquemos el timbre ustedes pueden salir”.
De las tareas investigativas lograron la identificación de tres menores de 16 y 17 años (se reservan sus identidades). Por su parte, también supieron los datos de los dos mayores, Jesús Yorge y Mario Gómez.
En las últimas horas, se desplegaron una serie de allanamientos. Cayeron Yorge y los tres adolescentes menores. Durante las medidas, lograron recuperar parte de los elementos sustraídos en los golpes.
El primero ocurrió el 18 de noviembre sobre calle España y la víctima fue una mujer de 76 años. La víctima se identificó ante los sabuesos de Investigaciones y contó que se levantó de dormir la siesta a las 17, cuando escuchó ruidos en el patio. Dijo que observó las dos cámaras que daban a ese sector pero no daban imagen.
Mientras seguía observando para conocer de dónde provenían los ruidos, dos hombres la abordaron por la espalda. Uno de ellos no superaba los 20 años y medía aproximadamente 1,65. Era delgado, de piel blanca y tenía un mechón de pelo amarillo en el centro de la cabeza. “Recuerdo que tenía una remera verde”, explicó la mujer.
Además, contó que el otro, que la mantenía reducida, también era joven y de la misma estatura, de tez blanca y delgado. “En un momento, uno se puso nervioso y llamó al otro ‘Martín’ o ‘Matías'”, describió la mujer.
Acto seguido le taparon la boca y le exigieron que entregara dinero en efectivo. En todo momento, los malvivientes pedían dólares y amenazaban a la víctima con cortarle los dedos.
Mientras revolvían la casa, encontraron en la mesa de luz un sobre donde la jubilada guardaba tarjeta de débito, una Nativa y hasta el plástico de la obra social de OSEP. Con esto en su poder, obligaron a la mujer a que entregara la clave del cajero.
En total estado de shock, la mujer se las dio y les dijo que tenía 200 mil pesos en lac caja.
Antes de irse, se llevaron un celular, 60 mil pesos en efectivo, 2.000 dólares y dejaron a la septuagenaria encerrada en la cocina. La mujer logró escapar a los pocos minutos forzando un picaporte y solicitó ayuda a los vecinos.
El otro hecho también sucedió en Guaymallén, pero días después, el 30 de noviembre. Sobre calle Lanifur, las víctimas también fueron un matrimonio de jubilados mayor de 70 años. La gavilla ingresó también por el patio y atacó el hombre. Dos sujetos le taparon la boca y le dieron una paliza con golpes de puño.
A los pocos minutos, entró en escena un tercer malviviente. Atacaron también a la esposa de la primera víctima, de 76 años, y a su nieta, quien se encontraba durmiendo en el comedor. Todos fueron encerrados en uno de los baños del domicilio. “Te vamos a matar si no nos das la plata”, le gritaron al hombre.
Dijo que tenía 30 mil pesos guardados en un saco y por eso lo sacaron de ese baño y lo llevaron a otro, que es de servicio. Lo obligaron a desnudarse y le arrojaron agua. También le colocaron una toalla mojada en la cabeza mientras le daban golpes de puño en el rostro.
Lo cierto es que la banda escapó con el dinero y dejaron encerradas a todos los moradores. Antes de escapar, gritaron: “Nos vamos a ir, cuando toquemos el timbre ustedes pueden salir”.
De las tareas investigativas lograron la identificación de tres menores de 16 y 17 años (se reservan sus identidades). Por su parte, también supieron los datos de los dos mayores, Jesús Yorge y Mario Gómez.
En las últimas horas, se desplegaron una serie de allanamientos. Cayeron Yorge y los tres adolescentes menores. Durante las medidas, lograron recuperar parte de los elementos sustraídos en los golpes.
Fuente: Diario El Sol
