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Emocionante: La carta de un nene que fue adoptado junto a sus cuatro hermanos en plena pandemia

Emocionante: La carta de un nene que fue adoptado junto a sus cuatro hermanos en plena pandemia




“Esta Navidad, agradezco que tengo una familia que me da mucho amor”
Sebastián es uno de los hijos de Mariana y Matías Cifuentes. En sus palabras celebra la pertenencia y la unión. Por videollamada, una jueza le otorgó a la pareja la adopción plena.


Una foto de los siete Cifuentes con un gorro de Papá Noel se convierte en la postal de la Navidad de Somos Familia. La carta que escribió Sebastián, uno de los cinco hermanos, en el mensaje de amor y esperanza necesario en un año en el que el dolor y la incertidumbre tuvo en vilo a los argentinos.

Hace seis meses se conoció la noticia de que en plena cuarentena y mediante una audiencia por Zoom entre los chicos, sus padres y los funcionarios judiciales, la familia había quedó legalmente unida.

En ese momento, Matías y Mariana Cifuentes habían compartido la emoción en la nota con Somos Familia: “La verdad es que como adultos ya sabíamos que se iba a dar en algún momento, pero para los chicos fue sumamente importante, les dio la seguridad de pertenecer”.

Hoy, con la sentencia y la convicción de que son legalmente familia, afirman que que más allá de que están hace dos años los siete, sienten que están juntos de toda la vida.

Esta navidad, los encuentra en su casa en Capital Federal celebrando todo lo que consiguieron como familia en este 2020: “Para nosotros significó mucho la sentencia. Habíamos puesto toda nuestra energía y luchamos para que sucediera. Sin lugar a dudas fue la mejor noticia que recibí en mi vida. En medio del horror de la pandemia vivimos una situación muy especial que nos hizo muy felices”, relata Matías a TN.com.ar.

Por otro lado, recuerda que Sebastián le dijo al hermanito más chiquito que para él era el mejor día de su vida: “Estábamos detrás de la puerta y escuchamos cómo con sus palabras explicaba lo que sentía que ‘era como si naciera otra vez’ y nos mató. Imaginate lo importante que fue para todos”.
La carta de Sebastián

Antes de terminar las clases, hace unos días, la maestra de lengua les pidió a Sebi y a sus compañeros que escribieran una carta para fin de año. Uno de los temas era qué querían agradecer para navidad. Él, que tiene 10 años, describió el año especial en familia.

“Jesús, esta Navidad tengo que agradecer muchas cosas: lo más importante es que se firmó la sentencia y ya tengo una familia que me da mucho amor y que nos aceptó a mí y a mis hermanos”, comienza la carta.




“También tengo tías, tíos y primos que son muy buenos. Este año, a pesar de la cuarentena, nosotros la pasamos muy bien porque estuvimos juntos en una casa con jardín donde aprendí a jugar al tenis y a hacer casas con troncos”, asegura.

Antes de terminar, Sebastián escribió sobre lo que fue su año escolar: “Las clases fueron por Zoom, pude ver a mis amigos y a la seño y eso me gustó mucho porque todos son muy buenos. A veces los extraños pero como estoy con mi familia estoy muy feliz”, finalizó.

El día a día después de la sentencia

Matías y Mariana explican que si bien siempre fueron una familia, la vinculación después de la sentencia fue diferente. “Ellos tenían mucha más confianza por la sensación de pertenencia. Siendo más chicos y sin tener tanta experiencia, nos hicieron comprender el valor de que sea para siempre, nuestros hijos para siempre. Una historia dura, que pudimos revertir”.

Mariana no quiere dejar pasar la oportunidad de llamar a otras familias a que entiendan que hay otros chicos que están en la misma situación en la que estuvieron sus hijos: “Todos necesitan una familia”.

Sobre eso, Matías recuerda las palabras del defensor de menores que conocía a sus hijos desde hacía ocho años cuando los vio por primera vez en el juzgado. “Ese día nos dijo ‘gracias por reparar’. Palabras que nos tocaron muy profundo porque él se había dado cuenta de todo el cambio”.

La historia de los Siete Cifuentes

El primer capítulo de la historia de esta familia de siete lo contamos en esta sección de Todes Nosotres el año pasado. A Matías y Mariana, se unieron Brenda de 16, Delfina de 13, Nahuel de 11, Sebastián de 10 y Matías de 9. En ese momento, ellos celebraban el hecho de haberse elegido y de que si bien es cierto que hubo momentos de mucho aprendizaje en la convivencia para todos, el amor que nació fue y sigue siendo sin lugar a dudas lo más lindo que tienen.

De la charla con TN.com.ar participaron en ese momento además de Matías y Mariana, los dos más chiquitos de la familia, Sebastián que tiene 10 y Matías de 9 años. “Estábamos desesperados para que se firme la adopción. Seguros de que queríamos formar parte de esta familia. Todos dijimos que sí, y mamá y papá también”, afirmó Sebi.

Por su parte, el más chiquito acotó que “la familia se fue creando entre todos y que -con la sentencia- dieron un paso más adelante”. Matías y Mariana respondieron al llamado de la convocatoria pública en 2018 pensando en un principio que iban a adoptar/ser adoptados como padres por dos chicos y terminaron conformando una familia de siete.

“Nunca habíamos imaginado ser papás de cinco y menos adoptar a cinco, pero estamos muy contentos. Si bien al principio fue difícil la convivencia y empezar a conocernos, en este año y 8 meses parece que hubiéramos estado juntos toda la vida. Todo fluye y claro, pasan cosas como en todas las familias”, indicó Mariana

La pareja que vivió durante 18 años sin hijos dijo que nunca habían sido tan felices. “En un primer momento, cuando me enteré de que eran cinco, me quedé medio duro. Me tomó por sorpresa porque yo pensaba que iban a ser dos. Me decía ‘no es para nosotros’, indicó Matías, mientras Mariana en cambio, recordó que sonrió cuando supo que eran cinco.

“Después, al llegar a casa no podíamos parar de pensar que si no aceptábamos a todos los iban a separar. No teníamos el sí seguro, pero sabíamos que no era un no. Por dentro pensábamos que si no lo hacíamos nos íbamos a arrepentir toda la vida y dijimos sí a ciegas”.
“Ellos nos eligieron a nosotros”.




Además de tener la certeza de que no iban a poder soportar saber que los hermanos iban a ser separados, los conocieron y sintieron algo especial desde el principio. “Supe que yo iba a poder, que íbamos a poder. Los chicos venían de una vida de hogar, muy diferente a la de una familia. Cuando conocimos a los más chicos, apenas abrieron la puerta nos dijeron ‘mamá y papá’ y fuimos a la plaza a jugar. Con las más grandes, fue un poco más lento pero al final del primer encuentro hubo un abrazo que lo dijo todo”, recordó Matías.

En esa primera salida con los más chicos, uno de ellos sin proponérselo firmó la sentencia de adopción sin siquiera esperar los meses de vinculación. “Fuimos todos a la plaza y el más chiquito ve a una nena que estaba en el pasamanos y que llamaba a su mamá para que la ayudara a bajar, y él le dijo ' querés que le diga a mi papá' . Imaginate”, describieron.

Después vinieron cuatro o cinco meses de vinculación. Los retiraban los fines de semana, iban a dormir a la casa en Palermo y el domingo regresaban al hogar. En la semana hablaban por teléfono, pero el último mes fue insoportable para todos. “Fue una etapa al final que nunca la bancamos, era muy doloroso dejarlos”, recordó Matías.

Sobre las últimas semanas antes de que les dieran la guarda Mariana explicó: “No sabíamos, era una incertidumbre cuándo nos iban a dejar llevarlos a casa a vivir. Finalmente, nos dieron la guarda preadoptiva en septiembre de 2018. Ahí empezó la verdadera convivencia, había que llevar a los chicos todos los días desde Palermo a San Martín para que terminaran el año escolar en tres colegios distintos”.
Sumar entre todos

“Desde el principio nos elegimos todos los días. Construimos algo entre los siete. Al día de hoy nos sentarnos a hablar para cambiar costumbres de ambos lados. Nosotros también tuvimos que modificar nuestra vida en función de la familia que elegimos. También tuvimos que aprender a ser padres. El más chiquito tenía un año cuando entró al hogar. Si bien siempre estuvieron juntos los cinco durante los seis años que vivieron en hogares, el último tenía un año cuando llegaron al primero. Tuvieron que aprender a tener un papá y una mamá y dejarse cuidar”, resaltó Mariana.
El amor repara

Los siete apostaron por el proyecto de familia y supieron juntos sobrellevar los procesos de cada uno para sanar. “Nos costó mucho y lo estamos disfrutando. Reparar desde las bases desde la afectivo. Llorando o gritando todo formó parte de la primera etapa y nos sirvió para poder vivir este sueño que teníamos tanto nosotros como ellos. Se nos dio a nosotros y a ellos. No importa la edad, el niño siempre está adentro y tiene cosas para reparar y generar un vínculo en base al amor. El amor repara”

Matías y Mariana quieren dejar un contacto por si alguna persona quiere comunicarse con ellos o por si alguna familia tiene alguna duda pueda contactarlos: maticifu@hotmail.com o por Instagram @matias_cifu
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Fuente: TN



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