Finalmente el río Atuel no tuvo agua durante el fin de semana largo, generando una fuerte polémica en torno a San Rafael como lugar turístico. Autoridades de Irrigación y de organismos relacionados con el turismo se reunieron para intentar llegar a un acuerdo frente a futuros fines de semana largos.
El río Atuel no tiene agua con normalidad desde el 24 de mayo. Desde entonces, la postura del sector turístico se ha tornado crecientemente crítica respecto a la firme política de corte impuesta por el Departamento General de Irrigación. El último fin de semana largo, encontró al sector turístico local sin agua, lo que desató la frustración de los miembros de la Cámara de Turismo, que veían cómo el agua desbordaba por el vertedero del dique El Nihuil mientras debajo las compuertas se mantenían cerradas. Fueron ellos quienes han pedido insistentemente que Irrigación flexibilice su política de corte para limitar las pérdidas y no espantar a los turistas.
Sin embargo, Irrigación no dio el brazo a torcer. Tras la polémica, el superintendente general de Irrigación, Sergio Marinelli, visitó San Rafael y se reunió con el presidente de la Cámara de Turismo departamental, Gonzalo Tortosa y con otras autoridades relacionadas con el sector, a fin de subsanar las diferencias.
Como ya lo ha hecho en otras oportunidades, Marinelli recalcó que, desde el punto de vista técnico y legal, el riego de los cultivos conserva la prioridad para el uso del agua del río Atuel. “Mi intención es tratar de lograr que el turismo tenga agua pero sin perjudicar al sector que tiene el derecho y necesita del recurso: el agro”, remarcó.
Manifestó también que el cuadro hídrico es “crítico y preocupante”. Esto es porque apenas hay un 37% de nieve en los altos de la cuenca respecto al promedio histórico, y el número es incluso peor en el norte de la provincia, donde roza el 25%. “Estamos obligados a ser responsables”, señaló.
Tortosa se mostró desconforme con las explicaciones de Irrigación y protestó: “El turismo no tiene derechos, (…) y todas las actividades económicas que tiene el departamento deberían tenerlos”. Aseguró que hay quejas de los prestadores de servicios turísticos y de los turistas que llegan al sur provincial y se encuentran con el patético cuadro del río sin agua.
Al respecto, Marinelli dijo que un cambio en la legislación para otorgar derechos al sector turístico es imperioso. “Cada vez que se habla de cambiar la Ley de Aguas, que tiene más de 120 años, se generan automáticamente dos bandos y se arma tal lio que al final no se cambia nada”, explicó y siguió: “Lo mejor es sentarnos a charlar y ver cómo, dentro del marco de la Ley, buscamos la manera de interpretarla para que todos los actores encontremos una mejor forma de usar el agua”.
Pese a los profundos contrastes que dividen a las partes, el superintendente anunció que su objetivo continúa siendo “buscar consenso”, para lo cual fue fijada una reunión para el próximo 15 de septiembre, con todos los actores de la cuenca, en la que las partes expondrán sus argumentos e intentarán, finalmente, encontrar puntos de acuerdo.
El río Atuel no tiene agua con normalidad desde el 24 de mayo. Desde entonces, la postura del sector turístico se ha tornado crecientemente crítica respecto a la firme política de corte impuesta por el Departamento General de Irrigación. El último fin de semana largo, encontró al sector turístico local sin agua, lo que desató la frustración de los miembros de la Cámara de Turismo, que veían cómo el agua desbordaba por el vertedero del dique El Nihuil mientras debajo las compuertas se mantenían cerradas. Fueron ellos quienes han pedido insistentemente que Irrigación flexibilice su política de corte para limitar las pérdidas y no espantar a los turistas.
Sin embargo, Irrigación no dio el brazo a torcer. Tras la polémica, el superintendente general de Irrigación, Sergio Marinelli, visitó San Rafael y se reunió con el presidente de la Cámara de Turismo departamental, Gonzalo Tortosa y con otras autoridades relacionadas con el sector, a fin de subsanar las diferencias.
Como ya lo ha hecho en otras oportunidades, Marinelli recalcó que, desde el punto de vista técnico y legal, el riego de los cultivos conserva la prioridad para el uso del agua del río Atuel. “Mi intención es tratar de lograr que el turismo tenga agua pero sin perjudicar al sector que tiene el derecho y necesita del recurso: el agro”, remarcó.
Manifestó también que el cuadro hídrico es “crítico y preocupante”. Esto es porque apenas hay un 37% de nieve en los altos de la cuenca respecto al promedio histórico, y el número es incluso peor en el norte de la provincia, donde roza el 25%. “Estamos obligados a ser responsables”, señaló.
Tortosa se mostró desconforme con las explicaciones de Irrigación y protestó: “El turismo no tiene derechos, (…) y todas las actividades económicas que tiene el departamento deberían tenerlos”. Aseguró que hay quejas de los prestadores de servicios turísticos y de los turistas que llegan al sur provincial y se encuentran con el patético cuadro del río sin agua.
Al respecto, Marinelli dijo que un cambio en la legislación para otorgar derechos al sector turístico es imperioso. “Cada vez que se habla de cambiar la Ley de Aguas, que tiene más de 120 años, se generan automáticamente dos bandos y se arma tal lio que al final no se cambia nada”, explicó y siguió: “Lo mejor es sentarnos a charlar y ver cómo, dentro del marco de la Ley, buscamos la manera de interpretarla para que todos los actores encontremos una mejor forma de usar el agua”.
Pese a los profundos contrastes que dividen a las partes, el superintendente anunció que su objetivo continúa siendo “buscar consenso”, para lo cual fue fijada una reunión para el próximo 15 de septiembre, con todos los actores de la cuenca, en la que las partes expondrán sus argumentos e intentarán, finalmente, encontrar puntos de acuerdo.
