La Estimulación Cerebral Profunda (ECP) es un hito para el hospital Lagomaggiore. Así lo explicó Jorge Rasmussen, uno de los médicos que realizó la intervención.
No es un secreto que en los hospitales públicos de Mendoza hay talentosos profesionales que llevan adelante técnicas, tratamiento y cirugías de alta complejidad. Esta vez quienes se podrán beneficiar con las innovaciones que están poniendo en práctica los médicos del sector de Neurocirugía del hospital Lagomaggiore, son los enfermos de Parkinson.Es que el médico neurólogo Juan Manuel Genco y el neurocirujano Jorge Rasmussen -además de otro médico invitado, Carlos Alberto Ciarolo- realizaron por primera vez una cirugía de alta complejidad llamada Estimulación Cerebral Profunda (ECP).
Lo que busca es aliviar los temblores, movimientos involuntarios –conocidas como discinesias-, rigidez corporal y los efectos post Levodopa -medicación que mejor funciona en los pacientes con Parkinson pero con el tiempo dura poco el efecto y cada vez se necesita mayor cantidad de dosis-.
El equipo para realizar la ECP incluyó, además, a la psiquiatra Julia Ledda y la neuropsicóloga Belén García Garavano. Además, viajó desde Buenos Aires Juan Pablo Travi, un ingeniero especialista en aparatología hospitalaria.
Qué es y para qué pacientes con Parkinson sirve la ECP
Rasmussen explicó que no todos los enfermos de Parkinson son buenos candidatos para esta cirugía. Tienen que cumplir ciertos requisitos.
Uno de los más importantes, es que se trata de una neurocirugía en la que el paciente está despierto, por lo que su estado general debe ser bueno para soportar una operación riesgosa y de muchas horas.
Es decir que se prioriza, en general, a los pacientes más jóvenes. En el caso del que fue recientemente operado tiene 43 años y sus síntomas de Parkinson comenzaron a los 33 años.
La cirugía consiste en colocarle al paciente un aparato similar a un marcapasos que realiza las funciones que el cerebro del paciente con Parkinson ya no puede realizar.
Los resultados que se consiguen, según explicó el neurocirujano, son similares a los que ocurren luego de tomar el medicamento mencionado, solo que no hay peligro de tener que aumentar la dosis y tampoco de que los efectos se terminen en un plazo muy corto.
En cuanto a la complejidad de la práctica quirúrgica, tiene que ver con que el paciente debe estar despierto para responder a estímulos de movimiento, para estar seguros que el aparato se encuentre colocado en la zona correcta. Un avance para el Parkinson y que llegó de la mano de médicos del hospital Lagomaggiore.
Fuente: Diario UNO