Pese a la desaceleración de la inflación, cada vez más hogares argentinos enfrentan serias dificultades para llegar a fin de mes.
Así lo advierte un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), que revela que más de la mitad de la población sufre lo que denominan “estrés económico”.
La combinación de salarios que pierden poder adquisitivo y aumentos sostenidos en rubros clave como alimentos, ropa e impuestos, genera una sensación de retroceso que atraviesa distintas gestiones y se profundiza con el tiempo. Aunque los precios aumentan a un ritmo menor que en meses anteriores, los ingresos no logran recuperar terreno frente al costo de vida.
Según los últimos datos disponibles, hacia fines de 2024, el 47% de los hogares del país estaba afectado por esta situación de estrés económico. Este indicador, construido a partir de encuestas realizadas por la UCA, considera la percepción de las familias sobre su capacidad para ahorrar o simplemente cubrir los gastos mensuales básicos.
En el mismo período, la medición de pobreza por ingresos alcanzó al 36,6% de los hogares, mientras que el nivel de indigencia se ubicó en 8,8%, el más alto desde 2010. El informe también muestra una evolución negativa de estos indicadores desde 2022: el estrés económico creció del 41,1% al 47%, la pobreza subió del 32,7% al 36,6% y la indigencia del 5,7% al 8,8%.
Los especialistas que elaboraron el informe destacan que este deterioro se aceleró en los últimos dos años, influido tanto por variables macroeconómicas como por medidas adoptadas por el Gobierno nacional desde fines de 2023.