En las instalaciones de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria de la UNCuyo, tuvo lugar una capacitación a inspectores de cauces y tomeros, que fue organizada por el Departamento General de Irrigación y la Facultad de Ciencias Agrarias.
El superintendente general de Irrigación, Sergio Marinelli, explicó que lo que se hizo este viernes fue cerrar un curso ligado a la Escuela de Oficios, destinado a inspectores de cauces y tomeros. “Es uno de los tantos acuerdos que hacemos en nuestro trabajo conjunto con la Facultad de Ciencias Agrarias, a la que le agradezco una vez más porque siempre están predispuestos a avanzar en algo que es fundamental: la capacitación de los que manejan el agua de riego. Irrigación tiene ingenieros, geólogos, planificamos, tenemos una distribución primaria que surge de los diques, pero tenemos mil kilómetros de los 13 mil kilómetros de canales que hay, los otros 12 mil los administran las inspecciones de cauce, pero el que finalmente le entrega el agua a la finca es el tomero, ese famoso tomero que sirve para el folclore pero que muchas veces nos olvidamos de él”, aclaró y añadió que la herramienta fundamental para mejorar la eficiencia con poca agua es distribuirla bien, “y para eso hay que conocer todos los aspectos que tienen que ver con el manejo del agua”. Destacó que el inspector de cauce “es el representante de los usuarios, es un agricultor más que no tiene por qué tener conocimientos específicos en la materia”. El que tuvo lugar, fue uno de varios cursos que se han hecho, como así también algunos diplomados y –adelantó el funcionario– seguirán trabajando en ese orden. “Todo esto es fundamental: recurso humano capacitado, infraestructura y trabajo en conjunto con todos los elementos del sistema, los agricultores, Irrigación, el conocimiento de la academia a través de la facultad y todos los actores trabajando juntos”, remarcó.
Respecto del sistema de riego ubicado en el río Diamante, dijo que en el mismo se han desarrollado “pequeñas obras que hacen que un sistema fijo se convierta en un sistema móvil, entonces ahora se lleva el agua a donde se quiere”. Es que se piensa en una manera diferente de regar, “pensando en la demanda y no en la oferta que cada vez es menor”.
Por su parte, la decana de la Facultad de Ciencias Agrarias, María Flavia Filipini, agregó que este tipo de capacitaciones sirven para “certificar competencias, en este caso orientadas a inspectores y también a tomeros”. “La escuela de oficios nace como una necesidad que tenía la universidad de responder a los requerimientos de nuestra sociedad, en donde el modelo que la academia aspira alcanzar es justamente retribuir a quienes nos soportan como universidad pública”, aclaró. Agregó que este tipo de capacitaciones son muy útiles, si se tiene en cuenta que el riego de manera eficiente es fundamental teniendo en cuenta la realidad del cambio climático.
Finalizada la capacitación, a los presentes se les entregaron certificados de asistencia.