Alberto Sánchez Gómez, de 28 años, está imputado por el asesinato de su progenitora, pero lo más aberrante del caso es que trozó el cuerpo, se lo comió y alimentó a su perro.
El tremendo hecho ocurrió en febrero de 2019 cuando el joven, que por aquél entonces tenía 26 años, mató a María Soledad Gómez, de 69 años, la descuartizó en trozos “muy pequeños”, se comió gran parte de ellos, y otra parte los guardó en un recipiente para alimentar a su mascota, lo que le dio su apodo. Antes de su muerte, la mujer había denunciado 12 veces a su hijo por maltrato.
Sánchez Gómez fue detenido el 23 de febrero, luego de que una amiga de su madre denunciara la desaparición. Fue entonces, cuando dos oficiales se presentaron en el domicilio familiar, ubicado en el barrio de Ventas de Madrid. Allí fueron recibidos por el homicida, rápidamente encontraron el cadáver diseccionado y lo detuvieron.
Fue el mismo Sánchez Gómez quien confesó a los agentes de la Policía Nacional que guardaba restos del cuerpo para ir comiéndoselo él y para darle a su perro. Los tuvo durante 15 días almacenados en tuppers que guardaba en su heladera.
Este lunes, el acusado asistió a la conformación del jurado y según informaron los medios locales, se lo vio “tranquilo” y sin generar “ningún altercado”. El Ministerio Público Fiscal pide una condena de má de 15 años, toma como agravante el parentesco con la víctima, y le reclama, además, una indemnización de 90.000 euros para su hermano mayor.
En tato durante la segunda jornada, se escucharon la primera parte de los alegatos, y Sánchez Gómez declaró que cuando sucedió el hecho “oía voces en su cabeza” y que escuchaba “mensajes ocultos” que salían del televisor. También dijo que no recordaba haber descuartizado a su madre ni tampoco haber consumido partes de su cuerpo.
Fuente: Minuto1
