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¿Fracking sí, fracking no?: el eterno conflicto

Si bien desde el Gobierno Provincial dicen que “Mendoza es la primera provincia en cuidar el ambiente, poniendo límites a la estimulación hidráulica”, agrupaciones ambientalistas, vecinos autoconvocados, y lo que se ha denominado “grupos de acción”, de manera permanente niegan que eso verdaderamente ocurra y se oponen en todo sentido al fracking, práctica que ni siquiera consideran “estimulación hidráulica”, sino mucho más que eso. 


La fractura hidráulica​ o estimulación hidráulica (también conocida por el término en inglés fracking) es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo que consiste en la perforación de un pozo vertical u horizontal, entubado y cementado, a más de 2.500 metros de profundidad, con el objetivo de generar uno o varios canales de elevada permeabilidad a través de la inyección de agua a alta presión, de modo que supere la resistencia de la roca y abra una fractura controlada en el fondo del pozo, en la sección deseada de la formación contenedora del hidrocarburo. Esta agua a presión es mezclada con algún material apuntalante y productos químicos, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, y que son típicamente menores de 1 mm, y favorecer así su salida hacia la superficie.

Se estima que en 2010 esta técnica estaba presente en aproximadamente el 60% de los pozos de extracción en uso. Debido a que el aumento del precio de los combustibles fósiles ha hecho económicamente rentables estos métodos, se ha propagado su empleo en los últimos años, especialmente en los Estados Unidos, pero también en muchos otros países.

En Latinoamérica, el país que comenzó su desarrollo fue Argentina, en la formación Vaca Muerta, ubicada en la provincia de Neuquén. Luego en Santa Cruz, en cercanías a Los Perales. Este país ocupa a nivel mundial el segundo puesto en recursos de gas no convencional y el cuarto en petróleo.​ Actualmente se tramita un proyecto de ley para prohibir el fracking en Colombia. A fecha de 2013, la fracturación hidráulica ha sido prohibida en Francia, así como en algunos lugares de los Estados Unidos, como Búfalo (Estado de Nueva York) y Pittsburg (Pensilvania). Existen, además, moratorias en Canadá y Sudáfrica. 


Los partidarios de la fracturación hidráulica argumentan que la técnica no tiene mayores riesgos que cualquier otra tecnología utilizada por la industria, e inciden en los beneficios económicos de las vastas cantidades de hidrocarburos previamente inaccesibles, que esta nueva técnica permite extraer.​ La industria argumenta que aquellos casos excepcionales en los que se haya podido producir contaminación, ha sido debido al uso de malas prácticas como defectos en la construcción de los pozos o en el tratamiento de aguas residuales, pero no de la fracturación hidráulica en sí misma.

Sus oponentes, en cambio, señalan el impacto medioambiental de esta técnica, que en su opinión incluye la contaminación de acuíferos, elevado consumo de agua, contaminación de la atmósfera, contaminación sonora, migración de los gases y productos químicos utilizados hacia la superficie, contaminación en la superficie debida a vertidos, y los posibles efectos en la salud derivados de ello. También argumentan que se han producido casos de incremento en la actividad sísmica, la mayoría asociados con la inyección profunda de fluidos relacionados con el fracking.

Por estas razones, la fracturación hidráulica ha sido objeto de atención internacional, siendo fomentada en algunos países,​ mientras que otros han impuesto moratorias a su uso o la han prohibido. ​ Reino Unido levantó su moratoria en el año 2012 y en la actualidad apuesta de manera decidida por esta industria como modo de crear empleo, asegurar el suministro energético y avanzar hacia un sistema bajo en carbono.​ La Comisión Europea emitió el 24 de enero de 2014 unas Recomendaciones a los países miembros que deseen explorar y producir hidrocarburos no convencionales utilizando la fracturación hidráulica para garantizar la protección adecuada del medio ambiente.

En mayo de 2018, luego de haber habido más manifestaciones en contra y comunicados oficiales defendiéndolo, la historia siguió en San Rafael con un pedido por parte de asambleístas que querían que el intendente Emir Félix diera a conocer su postura política respecto de este tema. Es por eso que se acercaron a la comuna con pancartas y redoblantes. Algunos de ellos pudieron ingresar al Despacho Mayor donde el jefe comunal mantuvo una reunión de casi 3 horas en la que los asambleístas tuvieron la oportunidad de explicar cuál es el motivo por el que se oponen a este tipo de extracción de hidrocarburos. 


Más tarde, el intendente explicó que se subió al Concejo Deliberante un proyecto para que se firme un convenio con la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), a fin de que ambas instituciones realizaran una investigación seria y objetiva sobre el fracking. Por su parte, no quiso tomar una posición política respecto del tema –como le pedían los asambleístas– ya que consideraba que de hacerlo, las universidades no harían seriamente el trabajo que él estaba solicitando.

En noviembre del mismo año, la Corte Suprema de Justicia de Mendoza rechazó la acción administrativa interpuesta por la Organización No Gubernamental Oikos contra la práctica del fracking en la provincia. La organización ambientalista había interpuesto el recurso administrativo de manera incorrecta al no haber agotado los recursos necesarios previos a recurrir al máximo tribunal, es decir, antes de que se concluyeran los procedimientos administrativos que deben darse dentro del ámbito administrativo del Poder Judicial. La ONG pretendía anular la audiencia pública, que había sido convocada mediante la resolución 501/17 y que había concluido con la firma de la resolución 25/18, al plantear que el Decreto 248, firmado por el gobernador Alfredo Cornejo y que buscaba regular a la estimulación hidráulica. Esto fue lo que motivó la presentación de la acción ante la Corte. 


Los ambientalistas aseguran que este método de extracción de hidrocarburos genera filtraciones a través de las grandes presiones que hay de gas en los bolsones que están en las rocas, pasando ese gas a las napas de agua dulce, de las que la luego todos extraemos para riego y consumo. “Cuando hacen perforaciones en los campos, se contamina agua en la naciente de los ríos, de los arroyos o cerca de ellos”, señalan y agregan que hay gases que se queman en los mismos sitios enviándolos de esa manera a la atmósfera (contaminando el aire). Por otra parte, para realizar la fractura hidráulica, se utilizan millones de litros de agua, los cuales son mezclados con diversos químicos que dejan inutilizable la tierra.

En cuanto a las ganancias económicas que gana o pierde la provincia con esto, los mismos asambleístas señalan que “no podemos sacrificar nuestra matriz productiva en pos de pocos, porque la explotación del fracking y de la mega-minería, significa ganancia para pocos ya que se extrae, se envasa y se va”.


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