Los ediles solicitan mediante un proyecto de ordenanza, que los mayores de 65 y 70 años o más, paguen menos que el resto por el trámite para renovar sus licencias de conducir, debido a que deben hacerlo más seguido.
La propuesta fue presentada por la concejal Gisela Caballero junto a su par Gustavo Correa y esta pretende que el arancel para personas de 65 a 69 años sea del 50% de la tasa dispuesta por la ordenanza tarifaria vigente, mientras que para personas de 70 años o más, la tasa sea del 25%.
Según Caballero, se produce una situación de verdadera inequidad en relación a las personas mayores de 65 años y mayores de 70 años, que deben renovar la licencia de conducir cada dos años y un año, respectivamente. “Ellos hoy se encuentran tributando el mismo importe que el resto de la población, mientras que los demás renuevan la licencia cada 5 años. Es decir que, en un mismo plazo, el jubilado termina pagando cinco veces el valor del arancel municipal que un activo”, explicó la concejal.
Complica, además, que a ese gasto debe añadirse que los estudios médicos que deben acreditar, muchas veces también les significa importantes erogaciones económicas. Los ediles de Cambiemos UCR entienden que “así como el Municipio contempla tasas diferenciadas y hasta eximiciones a la hora de cobrar los servicios municipales, corresponde, en justicia, que el servicio de otorgamiento de la licencia de conducir, tenga también una tarifa diferenciada, que significara un impacto importante para la economía de quienes hoy se encuentran en situación previsional”, según expresan en los fundamentos del proyecto de ordenanza.
La propuesta fue presentada por la concejal Gisela Caballero junto a su par Gustavo Correa y esta pretende que el arancel para personas de 65 a 69 años sea del 50% de la tasa dispuesta por la ordenanza tarifaria vigente, mientras que para personas de 70 años o más, la tasa sea del 25%.
Según Caballero, se produce una situación de verdadera inequidad en relación a las personas mayores de 65 años y mayores de 70 años, que deben renovar la licencia de conducir cada dos años y un año, respectivamente. “Ellos hoy se encuentran tributando el mismo importe que el resto de la población, mientras que los demás renuevan la licencia cada 5 años. Es decir que, en un mismo plazo, el jubilado termina pagando cinco veces el valor del arancel municipal que un activo”, explicó la concejal.
Complica, además, que a ese gasto debe añadirse que los estudios médicos que deben acreditar, muchas veces también les significa importantes erogaciones económicas. Los ediles de Cambiemos UCR entienden que “así como el Municipio contempla tasas diferenciadas y hasta eximiciones a la hora de cobrar los servicios municipales, corresponde, en justicia, que el servicio de otorgamiento de la licencia de conducir, tenga también una tarifa diferenciada, que significara un impacto importante para la economía de quienes hoy se encuentran en situación previsional”, según expresan en los fundamentos del proyecto de ordenanza.
